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domingo, 22 de agosto de 2010

Tu burra y el Equilibrio

La verdad es que me encanta montar en bici de montaña, pero también lo paso verdaderamente mal en los senderos estrechos y pedregosos que abundan en la sierra, sobre todo en ciertas rutas de gran nivel de complejidad. El problema casi siempre es el miedo a caerme por perder el equilibrio. Por eso, decidí “aprender” para tratar de perder ese miedo. Aún estoy en ello, pero creo que he mejorado un poco gracias a los ejercicios que os cuento en este artículo; puede ser interesante para los miembros del foro conocer la experiencia. Y aquí estoy
Para empezar, la capacidad de equilibrio no es una habilidad que se aprenda una vez y se domine para siempre. Una cosa es el equilibrio para montar en la bici sin caernos y otra el equilibrio estático para permanecer quieto en la bici sin movernos del sitio. El equilibrio hay que practicarlo, cuanto más se pueda practicar, mejor. Como el fútbol.
Desde que aprendemos a montar en bici con los ruedines descubrimos que quien sepa mantenerse en equilibrio sobre los pedales, conducirá mejor. Con un buen sentido del equilibrio se consigue superar más fácilmente los tramos más complicados, pero para eso hace falta una buena técnica, que nos sirva para trotar por el monte con soltura.
El objetivo es mantenerse sobre nuestra “burra” durante el mayor tiempo posible sin apoyar un pie en el suelo. De esta forma tenemos la garantía de poder superar tramos empinados y curvas cerradas, zonas donde hay que conducir más lento, casi parado, controlando con nuestros frenos estupendos y sin cambios bruscos de posición.
La posición más adecuada para mantener el equilibrio es mantenerse de pie sobre los pedales, con nuestro “pie favorito” adelantado. El pie favorito es el pie que siempre preferimos llevar delante al arrancar o al ir sobre la bici sin pedalear.
Para que el centro de gravedad del cuerpo se encuentre por delante del eje de los pedales, llevamos los hombros sobre la vertical del manillar. Dejamos las manos en los frenos, y a base de dar pequeñas pedaladas, frenando, parando, pin, pan, intentamos encontrar el equilibrio. Para evitar pedalear en vacío, es recomendable usar para practicar un desarrollo medio (plato mediano, piñón mediano).
También es importante fijar la vista en un punto situado unos metros por delante de la bici, como cuando conducimos un coche, sin ir más lejos, si miramos al volante nos la pegamos seguro.
Bueno, a mí este ejercicio se me hizo muy complicado en crudo, así que nos buscaremos las mañas de otra forma: apoyamos la rueda delantera de la bici contra una pared o un árbol, mantenemos la bici contra la pared a base de apretar el freno, luego ejercemos presión con el pedal para apretar la rueda delantera contra el obstáculo, se suelta el freno y se disminuye la presión sobre el pedal para conseguir la sensación de estar sin sujeción. Si vemos que nos vamos al suelo, apretando otra vez el pedal quedaremos sujetos a la pared y vuelta a empezar.
En esta foto os demuestro cómo se hace. Si os fijáis, el hombro y el eje del manillar se encuentran en la misma vertical, es decir, cargo casi todo el peso en la rueda delantera para no irme al suelo. De verdad que la foto no está trucada, ¿eh?



En estos ejercicios es recomendable dejar los pedales automáticos guardaditos bien lejos, salvo que estemos en un prado estupendo o tengamos la soltura de un gato, que no es mi caso, por desgracia. Creo que es mejor ir paso a paso y tratar de ganar equilibrio con pedales normales para luego ir probando con nuestros amigos automáticos y disfrutar del arte.
Una vez controléis mejor el equilibrio en la pared, se puede pasar al equilibrio según las primeras instrucciones, frenando poco a poco, parando un poquito, manteniendo y vuelta a empezar. ¡A ver cuánto duráis!
Otro ejercicio bastante útil es rodar por los bordes de las aceras, o girar con la bici en el menor radio posible y lo más despacio que se pueda. La pierna interior se separa para dejar espacio al manillar. Haciendo esto me di algún que otro guarrazo, pero nada serio, gracias. Procurad que haya hierba sobre la que caer lo más cerca posible, no seáis brutos.
No es necesario pasar largas tardes en el garaje o en casa, pero sí hay que tener cierto hábito. Podemos practicar al llegar a casa después de una de nuestras salidas del Team Braojos, antes de que nuestras madres, padres, abuelas, abuelos, mujeres, maridos, nos cojan de la oreja directamente a la ducha. O en ciudad, cuando se vaya en bici y se pare delante de un semáforo. Pero bueno, que cada uno busque su momento.
En el libro proponen un juego divertido para entrenar el equilibrio. Se marca un campo de 3x3 metros en el que los jugadores se mueven con sus bicicletas, se detienen y se mantienen en equilibrio cada vez con mayor frecuencia. Se puede poner además un límite de tiempo o dar la posibilidad de molestar a los demás pasando cerca de ellos o tocando con un brazo. También se puede penalizar en función del número de veces que apoyes el pie en el suelo. La cuestión es ir mejorando poco a poco y aprender a controlar la bici parada tanto como en movimiento.
Un último comentario. Los ejercicios de equilibrio propuestos aquí se deben hacer en llano. En pendiente las condiciones de equilibrio varían, pero ya habrá tiempo de verlo otro día.
Bueno espero que este artículo os sirva para mejorar vuestro equilibrio. Yo parto de la base de que el mío es nefasto, por lo que todo lo que haga servirá para mejorar, seguro. Los chavales podéis convertiros en todos unos maestros y encima pasároslo bien. Me despido con mis mejores deseos, esperando que nos veamos en la próxima ruta. Para cualquier sugerencia acerca de este artículo, usad el foro o escribid al Team Braojos. Y si queréis compartir vuestros progresos y experiencias, pues tanto mejor. Yo lo voy a hacer. ¡Ánimo!

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bien Cesar, gracias, pero ponte el casco......